Las tarimas de madera son sinónimo de elegancia y calidez. Gracias a la evolución sufrida en los últimos años, su uso ya no se restringe a salones y dormitorios, sino que también podemos encontrarlas en cocinas, baños y exteriores.
Aunque parezca increíble, el suelo de madera viene utilizándose ya desde el año 3.000 A.C. De hecho, una de los primeras tarimas de madera conocidas fue la de la sala de reunión del templo del Rey Salomón.
La madera es un elemento constructivo con múltiples cualidades. La más evidente es la estética, y también la calidez y el confort que proporciona un suelo de estas características. Además, la madera regula la humedad, filtra el aire y aisla el calor. ¡Y es un material muy ecológico!
Por otro lado, una tarima de madera brinda múltiples posibilidades decorativas, pudiendo escoger desde un estilo completamente rústico, un estilo clásico a base de madera envejecida o un estilo moderno y vanguardista con colores vivos y acabados sorprendentes, como es el caso de aquellas tarimas de madera que combinan distintos colores.
¿Que debo tener en cuenta para comprar una tarima de madera natural?
Lo que sí debes tener en cuenta, a la hora de adquirir una tarima de madera, es que esta debe contar con un sello de garantía ecológica que determine la licitud de su procedencia, como los sellos PEFC o FSC.
La diferencia entre el suelo clásico de parquet y las tarimas de madera actuales estriba fundamentalmente en la forma de instalación, mucho más rápida y sencilla en el segundo caso (se trata de las denominadas tarimas flotantes).
Por otro lado, con la aparición del parquet multicapa, confeccionado a base de lamas de madera cuyas capas inferiores están elaboradas con maderas más baratas, y una capa superior de madera noble, las tarimas de madera son en la actualidad un lujo al alcance de todos los bolsillos.
Además, debido a la gran evolución que han sufrido las tarimas de madera desde la segunda mitad del siglo XX, actualmente es posible utilizarlas en todo tipo de estancias, no sólo en salones y dormitorios, sino también en escaleras, cocinas y baños, terrazas, jardines y fachadas.
Finalmente, con los años, el nivel de exigencia en términos de mantenimiento también se ha suavizado, por lo que las tarimas de madera ya no son sinónimo de cuidados caros o engorrosos.
Si te decides a instalar una tarima de madera en tu casa, las posibilidades de elección son infinitas.
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